BIENVENIDOS

Deseo agradecerles la deferencia de acercarse a este espacio que constituye un avance profundo en el amplio campo de la Odontología Forense. En este sitio van a encontrar una modalidad de acción en cada caso que, puede rozar lo particular e inédito de los procedimientos para arribar a la conclusión de que la Odontología en general ha dejado de ser la hermana menor de la Medicina por haberse transformado en una ciencia autónoma por contar con procedimientos propios, fundamentación metodológica rigurosamente científica y de una indiscutible y trascendental proyección social, pasando a ser así definitivamente una rama de la Antropología como lo es la Medicina, entre otras. Y más precisamente en el campo de la Odontología Forense se abre un camino infinito, como una verdadera especialidad, dentro de la currícula del Odontólogo.

Los invito amigos lectores a que transitemos juntos este maravilloso y próspero camino.


Prof. Dr. Héctor José Ceppi

VIII ENCUENTRO ANUAL DE SADOL

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Deseo agradecer la particular deferencia, quizás inmerecida, de haberme conferido el alto honor de denominar al VIII Encuentro Anual de SADOL con mi nombre y apellido, lo que me requiere testimoniar mi profundo agradecimiento a la Honorable Comisión Directiva de SADOL.

PALABRAS AGRADECIMIENTO ENCUENTRO SADOL

Señores asistentes al Octavo Encuentro Anual de la Sociedad Argentina de Odontología Legal, Quinto Encuentro de la Asociación de Odontólogos Forenses de Sudamérica, en el marco del Trigésimo Tercero Congreso de la Asociación de Médicos Forenses de la República Argentina, y en especial, a sus organizadores por haber tenido la particular deferencia de nominarme en este nuevo encuentro de SADOL que hace trasuntar una verdadera unión de instituciones forenses para interiorizarnos a través de sus brillantes expositores de la evolución en cada una de las disciplinas tributarias de la Criminología y Criminalística.

Pero señores asistentes a este nuevo encuentro que me honra tan dignamente, ustedes saben que al hablar de instituciones organizadas estamos haciendo historia y para referirme a esta quiero recordarles la definición de Toymbeé cuando nos decía “que la historia son cuerpos y almas, experiencias y acontecimientos, en irreversible movimiento a través del tiempo y espacio”, en su libro “Civilización puesta a prueba”. En efecto, nuestros cuerpos y nuestras almas no pueden repetir sus experiencias; los acontecimientos en cuanto a tales son irreversibles.

En cambio, Lain Entralgo, las define con palabras que de inmediato trascienden la expresión dándole vida y movimiento a la historia cuando nos dice que es un recuerdo al servicio de una esperanza; es una constante incitación mediante la visión de un panorama del destino de la humanidad futura, que es el destino del hombre. Aquí es justamente donde se establece el enlace de la historia escrita y la historia a escribirse.

De la historia escrita diremos que son cuerpos y almas, experiencias y acontecimientos en sucesión que no pueden repetirse, que son irreversibles, pero los cuales nos adentramos por medio del recuerdo que son experiencias reversibles al servicio esperanzado del destino del hombre.

Entonces, basados en estas definiciones diremos, que la historia es la ciencia que nos permite rememorar el pasado, vivir con ajustado criterio en el presente y proyectarnos con menos errores en el futuro.

Es por ello que en esta oportunidad no quisiera dejar de recordarles a los verdaderos pioneros de las ciencias forenses, y para hacerlo, se me viene a la memoria el Primer Congreso Panamericano de Medicina Legal, Odontología Legal y Criminología, realizado en la ciudad de La Habana, Cuba, en el año 1946, donde destacados profesionales representantes de diversos países dieron sus primeros pasos dejándonos trabajos que hoy jerarquizan a las ciencias forenses, que entre otros muchos de ellos podemos mencionar a los doctores:

          Jorge Castroverde de Cuba,

          Raúl Muñoz Inza de Chile,

          Eleazar Falconi de Perú,

          Alfredo Osorio de Uruguay,

          Luis Silva de Brasil,

          Juan Ubaldo Carrea de Argentina,

          Julio Peñalver de Venezuela,

          López de León de Guatemala,

          Alvaro Darío de Río de Janeiro y

          Edgar Hoover de Washington,


Cada uno de ellos representante de las diferentes ciencias tributarias de la Criminología y Criminalística, que presentaron trabajos que hoy son capítulos específicos de la Medicina, Odontología y del Derecho, uniendo así a estas tres ciencias.

Pero señores, en este evento se me ha conferido la oportunidad y el alto honor para hacer uso de la palabra, y lo hago tratando de representar a los destacados especialistas transmitiéndoles el agradecimiento infinito por la colaboración en este nuevo Encuentro. Quizás mis reflexiones pretendan plasmar la misiva de afecto y gratitud para cada uno de ustedes, verdaderos mensajeros de las ciencias forenses, particularmente por el hecho de haber unido a las instituciones y a través de ellas a las diferentes disciplinas en los problemas que le son comunes, implicando sin lugar a dudas, una labor considerable y trascendente para mí, como fundador de numerosas instituciones a nivel local, provincial, nacional e internacional.

Muchos pioneros de las diferentes ciencias forenses lo hicieron e hicimos solos a estas inquietudes, transformados en realidad por vocación, que toman hoy a través de las instituciones verdadera relevancia y jerarquía, pero depende de nosotros mismos de acrecentarlas para que no queden truncas estas felices iniciativas; y estoy seguro que nada se perderá de lo realizado porque eventos de esta naturaleza, coadyuvan promisoriamente al desenvolvimiento armonioso de la justicia, la sociedad y porqué no de la humanidad.

Seguro estoy que se han tratado temas de recia envergadura científica en pocos días para nutrirnos de conocimientos y de las diferentes opiniones sobre cada ciencia de estrechas relaciones entre si, tópicos que una vez expuestos serán discutidos para luego cristalizarlos en mociones firmes absolutas y concretas, que servirán para resolver problemas de orden legales, jurídicos y sociales, enalteciendo así a esta querida y fructífera especialidad, sobre todo cuando hemos tenido la oportunidad y el privilegio de reencontrarnos en esta unión de las instituciones especializadas en los temas forenses de las diferentes disciplinas que después de este nuevo encuentro seguiremos teniendo la seguridad de una complementación armoniosa y permanente, cuyos conocimientos quedarán enraizados profundamente en nuestros recuerdos y sentimientos, porque estamos convencidos que cuando mas eventos como estos realicemos mancomunadamente con estas divulgaciones y fundamentalmente manteniendo este maravilloso marco democrático, lejos de todas estructuras perimidas, haremos más fácil y feliz nuestra convivencia, y seguro estoy que sumaremos nuevos amigos conferencistas porque espiritualmente estamos unidos por los mismos objetivos, porque todos hemos sabido sumarnos al llamado y abrigo de AMFRA, SADOL, AOFS y SOFIA con la finalidad de unir esfuerzos, esperando que dentro de poco tiempo podamos asistir a otros encuentros que al pretender representarlos les hago llegar la gratitud infinita por la designación que me honra y el reconocimiento por permitirme compartir con ustedes días que son provechosos sin dudarlo.

Seguro estoy que este encuentro fue fructífero porque quedará grabado satisfaciendo nuestras inquietudes, acrecentando el bagaje de acontecimientos de esta especialidad de indiscutible importancia y trascendencia de las ciencias forenses, manifestadas por las diferentes disciplinas médicas, odontológicas, jurídicas y sociales, que me permiten traerles a mis recuerdos un soneto de Salvador Rueda, que en su contexto encierra un mensaje esperanzador para ustedes después de haber cumplido mis 80 añitos de mi vida, que dice:

          A vuestras manos juventud divina,
          ha de pasar la patria que os venera,
          desde el lienzo inmortal de la bandera
          al aula de elocuencia peregrina.

          Bajo el cielo de luz bajo el gran helio,
          irán vuestras manos inspiradas
          música y leyes, liras y espadas,
          bisturíes, crisoles y evangelios.

          Entre esos dedos que de luz florecen
          aumenta el legado que os ofrece
          y a otra generación brindarlo entero.

          Que un siglo es un vaso portentoso
          que vierte el contenido milagroso
          de otro siglo en el vaso venidero.











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